El 11 de noviembre de 2014, con un corte de cintas y un acto protocolar que contó con la presencia del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, el ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación (MinCyT) Productiva Lino Barañao y el ministro de Salud Juan Manzur, la Sociedad Max Planck -una de las organizaciones científicas más prestigiosas del mundo- inauguró el nuevo Laboratorio Max Planck de Biología Estructural, Química y Biofísica Molecular de Rosario (MPLbioR).
Ubicado en el predio de la Ciudad Universitaria, más conocido como La Siberia, la ciudad santafesina llega a ser sede del segundo nodo que la Sociedad Max Planck de Alemania establece en Latinoamérica. Este centro científico y tecnológico especializado en investigar y desarrollar fármacos para combatir las enfermedades de Alzheimer y Parkinson, cuenta con equipamiento de última generación. Dentro de las instalaciones del MPLbioR se encuentra el equipo de Resonancia Magnética Nuclear (RMN) más potente y sensible del país que permitirá investigar la estructura de biomoléculas directamente en el interior de las células, una herramienta fundamental para el desarrollo de fármacos en fase preclínica.
Quien lidera este edificio de 1.500 metros cuadrados de superficie, es Claudio Fernández (45) investigador quien trabajó por mucho tiempo en un centro científico alemán de excelencia. Fernández, repatriado en el 2006 por el Programa “Red De Argentinos Investigadores y Científicos en el Exterior” (Raíces) del MinCyT, no sólo cuenta con una reconocida trayectoria en el estudio y análisis del campo de las enfermedades neurodegenerativas, sino que también descubrió cómo se produce el Mal de Parkinson y cuál es la clave para neutralizar esa enfermedad. InnovaRed que apoya al MPLbioR brindándole conectividad a Redes Avanzadas, habló con este investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) no sólo sobre la importancia que aportó la apertura de este nuevo centro a la internacionalización de la ciencia y universidad argentinas, que permite posicionar al país en el centro de la escena, sino también de cómo las Redes Avanzadas lo ayudan a desarrollar sus actividades:
-¿Qué permitirá este segundo Max Planck en el país? ¿Qué tipo de actividades desarrolla y qué tipo de beneficios aportará al país?
– El beneficio es mutuo. Teniendo en cuenta nuestro nivel de productividad durante todos los años en Argentina, que fue muy similar a la productividad del grupo en Alemania, la sociedad Max Planck decide llevar esto a un proyecto más importante: un laboratorio de 1500 metros cuadrados con 6 unidades que abarcan todo el trabajo en un mismo ámbito de desarrollo y descubrimiento preclínico de fármacos. El estatus de un laboratorio Max Planck implica que cualquier investigador de aquí puede utilizar equipamiento de allá y viceversa. En 2015 , por ejemplo, recibiremos cuatro doctorandos alemanes en esta institución. Lo que permite al país y a Alemania es avanzar conjuntamente en una fase preclínica y clínica en el estudio de enfermedades neurodegenerativas. Somos dos de los grupos que más ha aportado a esta área que hasta el año 2004 era de vacancia a nivel internacional y que obviamente con esta infraestructura lo que va a poder hacer Argentina puntualmente es proteger de una mejor manera la propiedad intelectual del conocimiento que se genera en el país.
-La inauguración del Max Planck en Rosario, manifiesta los avances que hizo Argentina en el campo científico….
-Es el ejemplo concreto de la internacionalización de la ciencia y de la universidad argentina. Hace una década nosotros estábamos haciendo esto en Alemania, hoy lo hacemos en Argentina. A través de la inversión en ciencia y tecnología permitió generar el ambiente que antes no teníamos y lo buscábamos en países como Alemania. La diferencia entre un científico argentino y un científico alemán no es genética. La diferencia era ambiental, y el ambiente que se creó como la infraestructura edilicia y la infraestructura tecnológica y tener el tiempo para discutir de ciencia y técnica. Argentina ha generado el ambiente y confiabilidad, esto hace que la sociedad Max Planck decida venir en Argentina. Hace diez años atrás lo que te decían era que Argentina no era un país no fiable, sujeto a cambios. Hoy te dicen venimos nosotros a Argentina y te mandamos los estudiantes para que los formen. Esto tiene que ver con una política de estado que ha generado el ambiente para que estas cosas exploten científicamente.
-¿Estos avances en la ciencia, los nota también en campo tecnológico? Me refiero a conectividad y servicios. El hecho, por ejemplo, que se puede transferir cierta cantidad de datos y que puedan compartir información con el Max Planck en Alemania.
-Hoy Argentina tiene una capacidad de manipulación de datos a nivel tecnológico con inversión en tratamiento de datos bioinformáticas monstruosa que antes no tenía. Mismo en el instituto Max Planck de Buenos Aires, hace apenas dos meses, se instaló una súper computadora que va a permitir una manipulación de datos impresionante. Sin la inversión en ciencia y tecnología no podríamos usufrutuar nada.
-¿Cuán importante será para este nuevo Max Planck, contar con una conectividad directa con la comunidad científica que permita llegar al Max Planck de Alemania a velocidad de red local?
– Esto es clave. Para nosotros que nos movemos en el campo del desarrollo científico que involucra la bioinformática, la química computacional, y que implica mover grandes cantidades de datos que salgan de cálculos computacionales y que a su vez sea una transferencia de alta capacidad, es de suma importancia. Es tan clave como contar con un RMN.
-¿En lo especifico, para cuáles actividades en particular se requieren conectividad de alta velocidad?
– Fundamentalmente en la química computacional y en la bioinformática. Diseñar fármacos en la computadora que permite decirle a los químicos qué camino tomar, mover grandes cantidades de datos y estos cálculos que demandan mucho tiempo, esto requiere una capacidad de cálculo muy grande, nos permite ahorrar tiempo y dinero, en esto es clave. Así que tener buena conectividad, tener buena capacidad de almacenamiento, todo esto es clave para nosotros.
-En InnovaRed estamos desarrollando comunidades como la de Astronomía, Genómica, Microscopía. ¿Qué opina usted de estas comunidades científicas que comparten problemáticas asociadas a la ciencia, aprovechando infraestructura común que disponibiliza el MincyT?
– Me parece que es muy bueno porque lo lleva al científico a tomar noción de que hay que aprovechar todas las inversiones que está haciendo el Ministerio, y saca al científico de este modelo en el cual “yo quiero mi aparato, mi computadora” y lo empuja a desarrollar un trabajo colectivo que es muy importante porque en el caso del científico argentino esto todavía falta desarrollarlo mucho. Si quieres ser competitivo te tenes que embarcar en proyectos colectivos y multidisciplinarios. La ciencia en su naturaleza y en su concepto es un proyecto colectivo, entonces todo lo que sea formar redes para que dos microscopios puedan comunicar entre ellos, para que se pueda transferir una imagen de un microscopio a otro.
Cabe destacar que ahora son ya dos los institutos que la Sociedad Max Planck tiene en Argentina. El primero Instituto Max Planck fue el de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA-CONICET). Hace sólo un año atrás amplios laboratorios con grandes ventanales, salas para científicos y equipamiento de última generación, daban vida al moderno centro científico europeo situado en pleno Palermo. Este deslumbrante edificio de 1.200 metros cuadrados de laboratorios, salas de cultivo, de microscopía de última generación, y salones de seminarios, tiene una relación de más de 25 años entre la Sociedad Max Planck y la ciencia Argentina.
Aquí también InnovaRed contribuye al desarrollo de la ciencia brindando conectividad a alta velocidad. Por esto es que esta institución se ha interesado en conocer más profundamente el papel que desarrolla la conectividad y el aporte de las Redes Avanzadas para las actividades de este primer centro Max Planck.
A este respecto, InnovaRed charló con José Bonfiglio, PH. D del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), quien también destacó la importancia que tienen las Redes Avanzadas para las actividades del laboratorio.
“En nuestro quehacer cotidiano, la comunicación entre nodos de cálculo y la transferencia de archivos de gran magnitud son tareas muy frecuentes. También lo son el almacenamiento, compartimiento y consulta de grandes bases de datos de forma remota y el uso de videoconferencias entre investigadores localizados a lo largo de todo el mundo. La utilización de Redes Avanzadas es esencial para poder llevar a cabo todas estas tareas” Afirmó el investigador.
“La conectividad a Redes Avanzadas- remarcó Bonfiglio- permite interconectar a la comunidad científica de nuestro Instituto a nivel nacional e internacional, satisfaciendo así los potenciales requisitos intensivos de ancho de banda. Imaginar la transferencia de toda la información por la red convencional de Internet se convierte en una tarea casi imposible. Es por ello que la transferencia de estos grandes volúmenes de datos se realizaría a través de Redes Avanzadas, logrando que dicha transferencia pueda concretarse en un tiempo razonable”.
Fuente: Innovared