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Más de 40 instituciones se unen para crear el Laboratorio Nacional de Supercomputación

  • La nueva institucionalidad busca potenciar el compromiso del Estado a través de un financiamiento permanente, que permita consolidar la supercomputación como una herramienta crítica para el avance de la ciencia y el desarrollo del país.

En una colaboración interinstitucional sin precedentes, 39 universidades, cuatro centros de investigación y Red Universitaria Nacional (REUNA), firmaron este miércoles el convenio para la creación del Laboratorio Nacional de Supercomputación, con el objetivo de garantizar que la comunidad científica local cuente con los recursos de cómputo necesarios para mantener un grado de competitividad internacional y, a la vez, contribuir al desarrollo del país de manera transversal, mejorando las capacidades de la industria nacional e impulsando la innovación en el sector público.

El ministro de Ciencia, Flavio Salazar, manifestó que “uno de los objetivos del ministerio es avanzar hacia una soberanía nacional en la capacidad de análisis de datos, en el sentido que desde el Estado podamos articular la recolección y análisis de datos en una gobernanza común. Por eso quiero destacar la firma de este acuerdo de más de 40 instituciones, que establece la voluntad de avanzar hacia una institucionalidad que permita crear, en el corto plazo, un Laboratorio Nacional de Supercomputación, con el objetivo de garantizar una gobernanza de los datos y tener esa soberanía nacional respecto de este tema que es tan importante para el desarrollo de nuestro país”.

Con la creación del Laboratorio Nacional de Supercomputación, Chile busca seguir el ejemplo de potencias como China, Estados Unidos, Japón y España, donde el Estado invierte millones de dólares en estos centros, que son considerados de importancia crítica, no solo para el desarrollo científico de los países, sino también económico y social. Bajo esta misma lógica, la Unión Europea creó en 2018 la European High Performance Computing Joint Undertaking (EuroHPC JU), entidad que agrupa a treinta y dos países, y está financiada conjuntamente por sus miembros, con un presupuesto de alrededor de 7000 millones de euros para el período 2021-2027.

A nivel regional, Argentina está invirtiendo cinco millones de dólares para la compra de un nuevo supercomputador que formará parte del Sistema Nacional de Computación de Alto Desempeño, en un proyecto liderado por su ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, mientras que Brasil lleva años con una política en la que el Estado invierte cantidades de dinero muy relevantes en supercómputo; reflejo de ello es que ocupan seis posiciones en el ranking TOP500 de los computadores más potentes del mundo, siendo los únicos latinoamericanos en la lista.

Quien no computa, no compite

En Chile, la inversión estatal en infraestructura de supercomputación ha sido canalizada principalmente a través de fondos concursables, entregados por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID). Fruto de este financiamiento, nace el Laboratorio Nacional de Computación de Alto Rendimiento (NLHPC, por su sigla en inglés), creado en 2010 por el Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la Universidad de Chile, junto a las Universidades de la Frontera, de Talca, Federico Santa María, de Santiago, Católica de Chile, Católica del Norte y REUNA. Su nodo de procesamiento está alojado en el CMM, donde se encuentra instalado Guacolda-Leftraru, el supercomputador más potente de Chile y uno de los más importantes de Latinoamérica dedicado a la academia, con una capacidad de 5236 núcleos de cómputo, 266 TFLOPS de rendimiento, conexión Infiniband a 56 Gbps y 4 PB de almacenamiento.

Los fondos que permiten el funcionamiento del NLHPC provienen, además de ANID, de otras tres fuentes: el CMM, la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile y aportes de los usuarios, lo cual hace muy compleja la proyección a largo plazo de un proyecto de estas características, en el que la actualización periódica de hardware es crítica, así como también poder conformar y mantener un equipo profesional especializado. Ante este desafío, con la experiencia de más de una década y habiendo generado lazos de confianza con gran parte del ecosistema académico chileno, desde el NLHPC se impulsó la propuesta de avanzar hacia la siguiente etapa, con la creación del Laboratorio Nacional de Supercomputación, que permitirá tener un financiamiento del Estado de manera permanente, con una gobernabilidad que siga asegurando los mejores estándares de transparencia y calidad del servicio, y dará los pasos para converger con el NLHPC en una estructura común.

Contar con la colaboración de expertos y centros de referencia en supercomputación a nivel mundial también ha sido fundamental para el desarrollo de esta iniciativa. “El apoyo internacional ha sido vital para llegar a donde estamos. En 2020 iniciamos la travesía que nos ha llevado hasta lo que está aconteciendo hoy día. En enero de ese año recibimos la visita de Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center —el centro de supercomputación más relevante de España—, tras lo cual nos invitaron a participar en el proyecto europeo RISC2, como uno de sus dieciséis socios y únicos representantes nacionales. El foco de este proyecto es muy atingente con nuestra iniciativa, pues se centra en impulsar la supercomputación en Latinoamérica y Europa, y fomentar la cooperación entre ambas regiones. Dentro de este contexto internacional, también nos llena de orgullo y satisfacción que el proyecto EU-LAC nos haya seleccionado como referente para invertir en la formación de otros administradores de supercomputación en Latinoamérica. Esto avala todos los esfuerzos realizados por más de una década, que nos sitúan como un centro de clase mundial”, aseguró Ginés Guerrero, director ejecutivo del NLHPC.

“Para las universidades del CRUCH, y en general para todas las instituciones que hacen investigación en Chile, la supercomputación es fundamental para mantenernos competitivos en la región y a nivel internacional. Sin ella, áreas completas de investigación nacional no podrían realizar investigaciones del más alto nivel como ocurre en la actualidad, ni ser referentes a nivel global. Esta iniciativa surgió como un proyecto colaborativo desde las universidades chilenas y su éxito es el mayor ejemplo de que, más allá de competir, podemos y debemos ser capaces de ponernos de acuerdo por un fin mayor, que de otro modo no sería viable”, señaló el vicepresidente ejecutivo del Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH) y rector de la Universidad de Santiago de Chile, Juan Manuel Zolezzi.

Por su parte, la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés, planteó que “por su envergadura e importancia estratégica, hay materias que requieren de una aproximación colaborativa y la supercomputación es una de ellas. Pese a ser un desafío —por las altas inversiones que implica el desarrollo de la tecnología avanzada—, la supercomputación también trae enormes retribuciones. Es nuestro deber encontrar una estrategia que haga viable su desarrollo y nos permita aprovechar su potencialidad. Una plataforma como ésta, que funcionará bajo la lógica de la colaboración y permitirá el trabajo conjunto y equitativo entre instituciones e investigadores de prácticamente todo el sistema universitario, con un estándar de calidad internacional y respaldo estatal, es una noticia de primerísimo nivel para Chile”.

En esa misma línea, el director científico del NLHPC, Jaime San Martín, destacó que “esta nueva institucionalidad busca aumentar considerablemente la inversión de recursos y conseguir un financiamiento permanente por parte del Estado, para mejorar las capacidades de supercómputo nacionales, asegurar la renovación periódica del supercomputador cada cinco años y continuar creciendo. Chile tiene que dar un salto importante, hemos demostramos que lo hemos hecho bien durante más de 10 años —y no lo decimos nosotros, sino cientos de usuarios y los evaluadores internacionales—, y es hora de pasar al siguiente nivel”.

Tan solo en el último año, más de 450 usuarios de más de 50 instituciones han usado los servicios del NLHPC en 200 proyectos diferentes, para producir 69 tesis y 190 publicaciones en revistas de corriente principal.